Antes nos bastaba con poner un anuncio en cualquier medio de masas (todos eran medios de masas), para que el consumidor nos viera. Hay que tener en cuenta, que antaño había pocos medios y a la gente no le quedaba más remedio que tragar con lo que venía; no existía el zapping (ni los mandos a distancia) y además todo lo que se anunciaba era cierto, ¿recuerdan el gancho de: "producto anunciado en TV"?.
Pero el uso y el abuso hicieron del consumidor una persona con criterio, y esos 1.500 impactos día le han hecho evolucionar, ser selectivo y saber quedarse sordo ante tanta información superflua.
El consumidor de ahora selecciona y cuestiona la publicad que ve. Se han terminado la canciones pegadizas, el anuncio machacón, los chistes fáciles, las historias estúpidas y los bloques interminables de publicidad.
¡Esto es la guerra!, y es natural que aparezca el marketing de guerrilla: usemos la imaginación y vamos a llamar la atención y ha hacer que nos recuerden, además por menos dinero del que gastamos en medios convencionales.
A principios de los ochenta, Jay Conrad Levinson publica Guerrilla Marketing, en el que marca las bases de un marketing para empresas pequeñas, con poco presupuesto, pero la misma necesidad de vender que las grandes corporaciones.
Dentro de cualquier acción de comunicación la mayor parte del presupuesto se destina a la difusión del mensaje, y ahí es donde debemos recortar sin contemplaciones. ¿Cuánta gente de la que lee un diario es realmente nuestro posible cliente?
Unos consejos:
El principal capital del marketing de guerrilla se encuentra en la imaginación, el tiempo propio y el esfuerzo personal.
El marketing de guerrilla esta pensado para pequeñas empresas (¿empresas a nivel local?) con menor presupuesto para comunicación que las grandes. Aunque día a día se interesan por este sistema más empresas grandes.
Busca nuevos clientes, pero sobre todo potencia los ya existentes: es más barato mantener o recuperar un cliente que hacer uno nuevo. Los mejores clientes son los que ya nos conocen y repiten. Además un cliente satisfecho es el mejor vendedor de nuestro producto.
El uso de nuevas tecnologías (mk viral, mk de proximidad, redes sociales), los medios locales y especializados, y marketing directo para la difusión del mensaje; así como el uso de nuevos materiales y formatos, nos permiten segmentar mejor y permitir una mayor penetración y recuerdo de mensaje.