A principios de año ya hablamos de una tendencia que venía para quedarse, el flat design. Aunque ha generado cierto debate, como todo cambio, parece ser que finalmente lo sencillo es intuitivo.
El flat web design elimina todo rastro de sombras y efectos de profundidad mientras que apuesta por los colores planos, formas geométricas y estilo minimalista y sencillo. Se caracteriza por un diseño limpio, claro y que conecta a la perfección con el diseño Responsive.
La web MailChimp es un ejemplo de flat design:
El diseño web se basa en una serie de estándares y es importante respetarlos. La gente ya tiene una idea preliminar en la cabeza de cómo es una web corporativa, una tienda online o un blog. Estos estándares ya establecidos permiten mejorar la usabilidad de las webs, ya que la hacen más intuitiva para los usuarios.
Un estudio hecho entre diferentes colectivos de personas por tres universidades americanas (Universidades de Harvard, Colorado y Maryland) demuestra una relación negativa entre la complejidad y el atractivo de una web. Los usuarios consideran que una web compleja no es atractiva para la navegación, ya que se aleja del boceto mental que debido a los estándares tenemos en la cabeza.
Por otra parte no queremos que la innovación se quede estancada, el equilibrio es el éxito de cualquier proyecto. Hoy en día diferenciarse de la competencia es algo imprescindible, pero también es importante seguir unos determinados patrones.
Por último queremos hacer hincapié en el tiempo de carga de las webs, es algo que hay que tener en cuenta, a la gente no le gusta esperar ni 1 segundo, por lo tanto tener un diseño espectacular, recargado y complejo pero que tarde en cargar no nos sirve de nada.
El flat design es un diseño que suele tener menos elementos, lo que significa por norma general un tiempo de carga más rápido, que a su vez se traduce en una mejor experiencia del usuario y una mejora del SEO de la web.
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