El big data es un sector en auge, qué duda cabe, que está revolucionando no solo el mundo de la empresa, las redes sociales, el marketing o el e-commerce, sino también otros sectores que mueven una gran cantidad de dinero en el desarrollo web personalizado.
La inclusión, desarrollo y mejora del big data en los automóviles moverá, según los expertos, unos 750.000 millones de euros en el año 2030. La gran revolución en este sentido se ha dado en la última década. Los coches en 2008 aún no traían capacidad de conexión con bluetooth, WiFi, GPS o Internet. Ahora, este equipamiento viene de serie en cualquier vehículo nuevo.
Pero la conexión de cada vez mayor cantidad de datos con los automóviles también genera un enorme caudal de información para los fabricantes y las empresas publicitarias. Datos sobre lugares que se visitan, llamadas que se hacen, música que se escucha...en definitiva, una marea de información.
Hay toda una serie de empresas alrededor de este nuevo mundo de posibilidades que se abren a los vehículos interconectados: de hosting, publicitarias, start-ups, aseguradoras, compañías de web mobile... Un mercado que se abre a los fabricantes de automóviles que estén más puestos al día, y a los clientes que sepan sacarle partido.
Sin embargo, la preocupación sobre el uso que estos terceros protagonistas hagan de los datos que se generen por el uso y conducción de un vehículo es una cuestión nada baladí. Compañías como Facebook, Google o Amazon ya se han puesto manos a la obra para tener acceso a los datos, que luego revenden como forma de hacer negocio. Apple y Google controlan los sistemas operativos que utilizan los vehículos (Android o Mac), lo que ha alertado a otros gigantes tecnológicos, en este casos orientales, como Panasonic.
Si saben dónde se mueve el conductor, sus búsquedas, música que oye, deseos, restaurantes buscados y llamadas, pueden anticiparse a ello y ofrecerles productos vía publicidad que les satisfagan, poniendo en riesgo eso sí la intimidad del cliente. Pero este, a su vez, ve cada vez más como una oportunidad la venta de sus datos a estas empresas. Así, según un estudio realizado este año, un 80% de los conductores esperan obtener beneficios de ceder al fabricante los datos que genera su vehículo.
Sin embargo, las autoridades de tráfico y asociaciones de consumidores ponen el foco en una última cuestión, que entienden como primaria y vital. ¿Cómo va a afectar al riesgo de accidentes, los atascos o la conducción eficiente el uso de coches cada vez más informatizados e, incluso, automóviles guiados por robots informáticos? El debate está servido.