Una vez una empresa decide crear su página web, es necesario que sea consciente de que este es solo el primer paso. Una web no es un ente estático, sino que es un escaparate dinámico, que va a necesitar actualizaciones con el paso del tiempo y profesionales que estén al tanto que todo funciona de forma correcta y, juntos, prestan el servicio que se denomina soporte web.
Para que, desde el comienzo, todo vaya a la perfección, es básica la figura del project manager. Su función es canalizar la comunicación entre la empresa que desea crear su página web y todos los profesionales que intervendrán en su desarrollo. Es el director de la obra, que se encargará de supervisar que los técnicos hacen todo lo que se les requiere.
Ya desde el punto de vista técnico, los profesionales de soporte web que están implicados en la creación de la web desde los inicios son el diseñador, maquetador y
programador. Una vez el project manager ya tiene la idea clara de qué web desea tener el cliente, toca tomar decisiones básicas, como la elección del hosting en el que se alojarán los archivos y, en su caso, la base de datos; y poner en marcha un proceso de desarrollo web personalizado, con el objetivo de finalizar un proyecto que deje satisfecho al cliente.
El front-end de la página es aquello visible para el usuario y el diseñador es el máximo responsable de este tema. Los tipos de letras, los colores, la disposición de las imágenes, los márgenes y los espacios en blanco forman parte de su tarea. Por su parte, el back-end es aquello que está por detrás, invisible a los ojos del público, pero que hace que una página web sea de una forma u otra y ofrezca unas u otras funcionalidades. Para su creación, se necesitan técnicos con unos conocimientos muy concretos: el maquetador y programador maquetador, en este proceso de desarrollo web personalizado, tiene la función de crear la estructura de la página; algo que no verá el usuario, pero será como los pilares sobre los que trabajará el diseñador. El programador es el responsable de implementar las funcionalidades que ofrecerá la web: desde un sencillo formulario de contacto hasta la posibilidad de realizar compras o reservas online.
Una vez la web ya está creada, entra en juego el analista web, que se encargará de medir el alcance que está teniendo la página y si está cumpliendo los objetivos que se marcaron al inicio. Que todos estos profesionales realicen bien su trabajo es básico para crear una web eficiente.
En definitiva, fases correctamente secuenciadas y respeto a los roles de los trabajadores.