Cuando iniciamos un proyecto web, una de las primeras preguntas que nos hacemos es ¿qué dominio elegir? No se trata solamente de que el popular .com esté libre u optar por un .es acríticamente o por parecernos adecuado, sino que la elección tiene implicaciones más profundas, las cuales, seguidamente, vamos a explicar.
Lo que buscamos desentrañar es cómo se organizan los sufijos de dominio, que constituyen la última parte (generalmente, de 2 o 3 letras, aunque los hay más largos) de la dirección de cualquier sitio web (www.dominio.com, por ejemplo). Entre ellos, el .com; o, en otros casos, el .es, .fr, .pt, .info...
El primer nivel de sufijos está formado por los genéricos sin restricciones, como el .com, .net o .org, que se pueden contratar libremente. También existen sufijos genéricos con restricciones, como el .edu (para instituciones educativas como universidades) o .gov (instituciones gubernamentales).
Los dominios genéricos patrocinados cuentan con el apoyo de algunas organizaciones, que los han solicitado, los mantienen y establecen los criterios para su contratación. Es el caso del .aero, para iniciativas relacionadas con el mundo de la aeronáutica; o .museum, para museos.
Dejando ya los dominios genéricos, válidos en cualquier país, nos encontramos los sufijos nacionales, correspondientes a un territorio que, en la mayoría de los casos, se asocia a un Estado reconocido internacionalmente, como España (.es), Francia (.fr) o Argentina (.ar). Una excepción a este caso es Gibraltar, que dispone del .gi (tiene el estatus de territorio británico de ultramar).
Disponer de un dominio con sufijo nacional no implica que la página solo pueda ser vista por internautas del país correspondiente, pues puede ser consultada desde toda la Red, pero sí implica que el contenido esté enfocado al público de aquel país.
En cambio, un dominio genérico, como el .com o .org, acostumbra a mantener contenidos que no están ligados a ningún territorio o país concretos ni deben estar disponibles en un idioma concreto. Además, el dominio más conocido por todo el mundo es el popular .com.
Ninguno de los dos es impedimento para crear una web mobile, consultable también desde dispositivos móviles.
Si trabajamos en un desarrollo web personalizado para España, por ejemplo, lo mejor es contratar un .es, ya que las páginas de nuestro sitio web estarán mejor posicionadas en los buscadores, lo que significa que a los internautas españoles que realizan búsquedas nuestra página les saldrá antes en los resultados que con un sufijo .ar.
En definitiva, para cualquier proyecto web, el primer paso que deberemos dar es la correcta elección de un dominio, ya sea genérico o nacional, dado que ello tendrá consecuencias positivas en el enfoque y posicionamiento de la página.